La industria miente
La explotación industrial de animales, ya sea para la producción de carne, leche, huevo y/o derivados ha incrementado significativamente conforme ha crecido la población de seres humanos durante los últimos años. Sin embargo, este crecimiento ha sido enfocado en una mayor producción, en menor tiempo, con mayores ganancias, sin importar las condiciones sanitarias ni mucho menos las de calidad de vida de los animales.
Los animales de producción viven en espacios muy reducidos, bajo condiciones sanitarias sumamente pobres que generan olores insoportables. Ellos están constantemente sometidos por los seres humanos a realizar comportamientos en contra a su naturaleza como estar enjaulados y no moverse las 24 horas del día, durante toda su vida productiva y ver a sus pares morir en el mismo ambiente en el que se encuentran.
En respuesta, los animales generan estrés al no poder realizar los comportamientos naturales de su especie, sumándose al estrés por no poder huir de la constante amenaza. Este estrés crónico genera una disminución significativa de la respuesta del sistema inmune, unido al terrible estado sanitario en el que se encuentran, al hacinamiento y a la exigencia en sus cuerpos para alcanzar una alta producción, se propicia el medio ideal para que las enfermedades se reproduzcan y se diseminen.
Por medio de estas imágenes queremos sacar a relucir la verdad sobre lo que la industria nos cuenta sobre sus prácticas de manejo y lo que en realidad sucede en la vida de los animales de producción.
Nuestro objetivo es educar a la población sobre la realidad de la explotación de los animales y fomentar una acción al cambio. Al proteger la salud y condiciones de vida de los animales estamos protegiendo nuestra propia salud, es posible cambiar nuestros hábitos de consumo y optar por una dieta balanceada de origen vegetal, libre de crueldad y enfermedades.
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