¿Cómo se manifiesta la crueldad y la falta de piedad en la industria avícola?

2 de mayo

En la industria avícola, donde se emplean millones de gallinas y pollos anualmente para satisfacer la demanda mundial de carne y huevos, se esconde una realidad desgarradora.

El hacinamiento entre sangre y desechos es una práctica común, donde las gallinas ponedoras son confinadas en jaulas minúsculas, incapaces de moverse; mientras que los pollos de engorde son sometidos a un excesivo sobrepeso que los inmoviliza para maximizar las ganancias de los avicultores.

Lamentablemente, esta explotación no termina ahí. Las gallinas ponedoras sufren mutilaciones dolorosas y traumáticas, como el corte de sus picos para prevenir el canibalismo.

Por su parte, los pollos enfrentan una vida llena de dolor, con disfunciones cardiovasculares, oculares y lesiones en almohadillas plantares debido a su rápido crecimiento.

Aún más desgarrador es el destino de los pollitos machos, ya que no son útiles para la producción de huevos. Se estima que al menos 7 mil millones de ellos son asfixiados, decapitados, aplastados o electrocutados unas horas luego de nacer.

El sufrimiento de estas aves se ve agravado por las condiciones insalubres, que contribuyen a la propagación de enfermedades zoonóticas, representando un peligro tanto para ellos como para los seres humanos. Además, el uso indiscriminado de antibióticos en la industria está generando cepas de bacterias resistentes, planteando una amenaza para la salud pública.

Finalmente, los que sobreviven a esta tortuosa vida, tienen que pasar por el terrible viaje desde las granjas hasta el matadero, sufriendo condiciones extremas de calor y estrés durante el transporte sin comida, ni agua.

Ante esta realidad, es crucial reflexionar sobre nuestras prioridades como sociedad. ¿Es necesario recurrir a tanta crueldad para satisfacer nuestras demandas? Haz la conexión.

Tú puedes hacer la diferencia.