Urge una legislación integral contra el testeo en animales en el Perú
5 de agosto
En el Perú, la experimentación con animales aún no está prohibida, lo que representa un problema ético y humanitario significativo. Esta práctica, que abarca tanto la cosmética como la investigación académica universitaria, resulta no solo controversial en diversos campos científicos, sino profundamente inhumana.
A nivel global, más de 500 mil animales sufren pruebas crueles y mortalmente tóxicas en laboratorios, donde son disecados y utilizados hasta su muerte. Estas pruebas incluyen desde la aplicación de sustancias en sus mucosas y pieles hasta la inyección de diversos compuestos para evaluar su toxicidad para los seres humanos.
En el Perú, el uso de animales en investigación científica es legal, incluyendo su disección en escuelas, universidades y centros especializados. Animales son explotados en la obtención de sueros hiperinmunes, pruebas farmacológicas y estudios sobre ciclos evolutivos de parásitos. Los bioterios de roedores, donde se reproducen ratones y ratas para la experimentación, representan un aspecto especialmente preocupante, dado que estos animales constituyen el 90% de los sujetos de estudios científicos.
A pesar de que numerosos países han implementado regulaciones para proteger el bienestar animal, Perú aún no ha prohibido el testeo en animales para cosmética ni ha establecido restricciones adecuadas para la investigación científica. Métodos alternativos, como pruebas in vitro, simuladores y modelos teóricos, podrían reemplazar prácticas crueles sin comprometer la calidad científica.
La Ley 30407, aunque sanciona los actos de crueldad animal, no aborda de manera efectiva la prohibición del testeo en animales. Esta ley solo menciona de forma limitada el uso de animales para fines científicos y educativos, sin ofrecer una regulación integral para otras disciplinas o industrias.
Es imperativo que se promueva una legislación más rigurosa que prohíba el testeo en animales y fomente el uso de métodos libres de crueldad. Instamos a la sociedad a exigir que las marcas de cosméticos y las instituciones académicas adopten prácticas que respeten los derechos de los animales.
Exigimos una ley que proteja efectivamente a los animales y respalde la ciencia ética y compasiva.