Por: Ernesto Acosta.

La pesca de arrastre es una de las prácticas pesqueras más comunes en todo el mundo. Consiste en el uso de una red de pesca que se arrastra por el fondo del mar para capturar peces y otros animales marinos. Al ser una técnica sumamente efectiva para obtener grandes cantidades de pescado, ocasiona graves daños tanto para los ecosistemas marinos como para las comunidades que dependen de ellos.

Una de las principales consecuencias negativas de la pesca de arrastre es la cantidad de muertes directas de peces. Según un informe de la ONU, se estima que cada año se capturan más de 90 millones de toneladas de peces en todo el mundo, lo que equivale a la muerte de cientos de miles de millones de peces cada año (1). En el caso de la pesca en Perú, el gobierno informó que en el año 2019 se capturaron más de 6 millones de toneladas de peces. (2).Esta pesca intensiva tiene un gran impacto en los ecosistemas marinos y en la supervivencia de las especies de peces. Tomar conciencia de estas cifras y los impactos asociados es necesario para comprender la gravedad del problema y la importancia de orientarse hacia un estilo que respete la vida de los animales

Otra de las consecuencias negativas de la pesca de arrastre es la captura incidental de especies no deseadas. Esto incluye a animales marinos como tortugas, delfines, tiburones y ballenas, que quedan atrapados en las redes y son arrojados al mar, muertos o heridos. Según un informe de la ONU, se estima que cada año se capturan de manera accidental entre 7 y 40 millones de toneladas de animales no deseados en todo el mundo, lo que se conoce como “captura incidental” o “pesca fantasma” (1).

Además, la pesca de arrastre tiene un impacto significativo en el medio ambiente marino. Las redes de arrastre destruyen los hábitats naturales de los animales marinos y provocan daños en los fondos marinos, incluyendo la degradación del lecho marino y la pérdida de arrecifes de coral. La actividad pesquera también genera una gran cantidad de residuos y contaminación, incluyendo plásticos, productos químicos y combustibles fósiles. Un estudio publicado en la revista científica PLOS ONE encontró que la pesca de arrastre produce más del 80% de los residuos plásticos en los fondos marinos de todo el mundo (3).

Otro problema relacionado con la pesca de arrastre es la sobrepesca. Esta práctica pesquera a menudo se centra en la captura de especies de peces comerciales, lo que puede llevar a la disminución de las poblaciones de estas especies y afectar negativamente a las comunidades que dependen de la pesca para su subsistencia. Según un informe de la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO), más del 30% de las poblaciones de peces en todo el mundo se encuentran actualmente sobreexplotadas, agotadas o en proceso de recuperación (1).

En conclusión, la pesca de arrastre tiene graves consecuencias negativas para el medio ambiente marino y los seres que habitan en él. La captura incidental de especies no deseadas, la degradación del hábitat, la contaminación y la sobrepesca son solo algunos de los problemas asociados con esta práctica pesquera. Es importante que se tomen medidas para abordar estos problemas, como la implementación de técnicas pesqueras más sostenibles y la reducción de la cantidad de residuos y contaminación generados por la actividad pesquera. La responsabilidad está en nuestras manos, los animales no son recursos, dejemos de consumir productos que provengan de su explotación.