Por: Ernesto Acosta.

La industria ganadera ha sido identificada como una de las principales causas de deforestación y emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo. En los últimos años, se ha generado una mayor conciencia sobre la explotación animal y el impacto ambiental negativo de la producción de carne y derivados, lo que ha llevado a un aumento en la conciencia colectiva respecto al medio ambiente y en la demanda de alternativas vegetarianas y veganas.

Según el informe de la FAO (2013), la industria ganadera es responsable del 14,5% de las emisiones globales de GEI, lo que equivale a una cantidad de emisiones mayor que las generadas por el transporte en todo el mundo. El informe también indica que el ganado es responsable del 65% de las emisiones de óxido nitroso, un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono. Además, la producción de carne es responsable del 37% de las emisiones de metano, otro gas de efecto invernadero potente.

En la actualidad, se estima que el ganado ocupa el 26% de la superficie terrestre del planeta, y el 33% de las tierras cultivables se dedican a la producción de piensos para el ganado. Además, se requiere una gran cantidad de agua para la producción de carne. Se necesitan alrededor de 15,500 litros de agua para producir 1 kilogramo de carne de vacuno, en comparación con los 1,240 litros de agua necesarios para producir 1 kilogramo de trigo.

El estudio de Thornton (2010) destaca que la producción ganadera está creciendo rápidamente y que, si no se toman medidas para reducir su impacto ambiental, las emisiones de GEI continuarán aumentando. En este sentido, el informe señala que se espera que la producción de carne de vacuno, por ejemplo, aumente en un 44% entre 2010 y 2050, lo que implicaría un incremento en las emisiones de GEI.

El informe de la ONU y la Coalición Clima y Aire Limpio (2021) destaca que la industria ganadera es una de las mayores fuentes de emisión de metano, un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono. Según el informe, se estima que la producción ganadera emite entre 80 y 120 millones de toneladas de metano al año, lo que equivale a 2,8 gigatoneladas de CO2eq.

Por último, el estudio de Ritchie, Reay y Higgins (2020) destaca que una dieta baja en carne y productos lácteos puede reducir significativamente las emisiones de GEI. Según el estudio, si se siguieran las pautas dietéticas globales recomendadas por la Organización Mundial de la Salud, se podría reducir en un 25% las emisiones de GEI relacionadas con la producción de alimentos. Un patrón alimenticio vegano es la alternativa ideal por la que se debe optar si uno es consciente del problema que es causado por la industria ganadera.